El problema de Dios
Teoría
Posturas ante el problema fe/razón




Teísmo | Deísmo |
Creencia en un dios como ser superior, creador del mundo. (DLE)
El dios de los teístas conoce e interviene en el mundo. Le atribuyen características antropomórficas y personales. |
Doctrina que reconoce un dios como autor de la naturaleza, pero sin admitir revelación ni culto externo. (DLE)
El dios de los deístas no conoce ni interviene en el mundo. Se trata, más bien, de un supuesto lógico o racional. |
Argumentos a favor de la existencia de Dios




Práctica
Lo que antes dije a mis compatriotas, lo digo ahora a todos los que en la Iglesia han sido confiados a mi servicio: ¡Manténganse firmes en la fe! ¡No se dejen confundir! A menudo parece como si la ciencia -las ciencias naturales, por un lado, y la investigación histórica (especialmente la exégesis de la Sagrada Escritura), por otro- fuera capaz de ofrecer resultados irrefutables en desacuerdo con la fe católica. He vivido las transformaciones de las ciencias naturales desde hace mucho tiempo, y he visto cómo, por el contrario, las aparentes certezas contra la fe se han desvanecido, demostrando no ser ciencia, sino interpretaciones filosóficas que solo parecen ser competencia de la ciencia. Desde hace sesenta años acompaño el camino de la teología, especialmente de las ciencias bíblicas, y con la sucesión de las diferentes generaciones, he visto derrumbarse tesis que parecían inamovibles y resultar meras hipótesis: la generación liberal (Harnack, Jülicher, etc.), la generación existencialista (Bultmann, etc.), la generación marxista. He visto y veo cómo de la confusión de hipótesis ha surgido y vuelve a surgir lo razonable de la fe. Jesucristo es verdaderamente el camino, la verdad y la vida, y la Iglesia, con todas sus insuficiencias, es verdaderamente su cuerpo.Benedicto XVI, Mi testamento espiritual.
- ¿Cuál es la pregunta que trata de responder este texto?
- Explique con sus palabras la tesis que se defiende en el texto.
- Muestre las ideas y la estructura argumental de que se sirve el autor para defender esa tesis.
- ¿Qué otra posible respuesta puede darse o se ha dado en la historia de la filosofía a la pregunta que trata de responder este texto? Dé al menos dos argumentos para apoyarla.
Así pues, Señor, tú que das la inteligencia de la fe, concédeme —en la medida en que sabes que me conviene— que entienda que existes como lo creemos y que eres lo que creemos. Y creemos ciertamente que eres algo mayor que lo cual nada puede ser pensado. Pero ¿y si no existe una naturaleza tal? pues «el insensato ha dicho en su corazón: Dios no existe». Sin embargo, el propio insensato cuando oye esto mismo que digo: «algo mayor que lo cual nada puede ser pensado», entiende lo que oye, y lo que entiende está en su entendimiento, aunque no entienda que esto exista. Pues una cosa es que algo exista en el entendimiento, y otra entender que esto existe. Así cuando el pintor piensa de antemano lo que va a hacer, lo tiene en el entendimiento, aunque no entiende que exista lo que todavía no ha hecho. Cuando efectivamente ya lo ha pintado, lo tiene en el entendimiento y entiende que existe lo que ya ha realizado. Por tanto, el insensato debe admitir que existe al menos en su entendimiento algo mayor que lo cual nada puede ser pensado, ya que cuando lo oye lo entiende, y todo lo que se entiende está en el entendimiento. Y, ciertamente, aquello mayor que lo cual nada podemos pensar no puede existir solamente en el entendimiento. Si existiese sólo en el entendimiento, se podría pensar que existiese también en la realidad, lo cual es mayor. Por tanto, si aquello mayor que lo cual nada puede ser pensado estuviera sólo en la inteligencia, esto mismo mayor que lo cual nada puede ser pensado sería algo mayor que lo cual podemos pensar algo. Pero esto no puede ser. Existe, pues, sin género de duda, algo mayor que lo cual no cabe pensar nada, y esto tanto en la inteligencia como en la realidad.Anselmo de Canterbury. (1998). Proslogion, pp. 11-12.
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- ¿Qué otra posible respuesta puede darse o se ha dado en la historia de la filosofía a la pregunta que trata de responder este texto? Dé al menos dos argumentos para apoyarla.
[S]e dice que en alguna parte del océano hay una isla a la cual por la dificultad; o mejor, por la imposibilidad de encontrar lo que no existe, llaman algunos Perdida, y de la cual se cuentan más cosas que las que se atribuyen a las Islas Afortunadas; se aprecia su inestimable abundancia de todas las riquezas y delicias, y no estando habitada aventaja absolutamente a todas las demás tierras que habitan los hombres por la abundancia de productos. Yo entendería fácilmente a cualquiera que me dijera esto, en cuya comprensión no hay ninguna dificultad. Pero si, entonces, como si sacara alguna consecuencia, añadiera: No puedes dudar en adelante que esta isla, superior a todas las tierras, existe realmente en algún lugar. Ella existe también en tu entendimiento, y no de modo dudoso, y porque es la más importante, no existe sólo en el entendimiento sino también en la realidad; le es, pues, necesario existir, porque si no existiera, cualquier otra tierra existente en la realidad sería más importante que ella, y ella misma, entendida por ti como la más importante, no sería la más importante. Si por estas palabras aquél quisiera convencerme de que no debía ser puesta en duda, desde entonces, la existencia de aquella isla, yo creería o que se burlaba de mí, o no sabría a quién juzgar como más estulto: si a mí, si lo admitía, o a él, si juzgara haber afirmado con alguna certeza la existencia de aquella isla, a no ser que hubiera enseñado que existía la misma superioridad de la isla como una cosa verdadera e indudablemente existente, y, de ningún modo, como algo falso o incierto en mi entendimiento.Gaunilo de Marmoutier, Respuesta en favor del insensato, en Anselmo de Canterbury. (1970). Proslogion.
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- ¿Qué otra posible respuesta puede darse o se ha dado en la historia de la filosofía a la pregunta que trata de responder este texto? Dé al menos dos argumentos para apoyarla.
La existencia de Dios puede ser probada de cinco maneras distintas. 1) La primera y más clara es la que se deduce del movimiento. Pues es cierto, y lo perciben los sentidos, que en este mundo hay movimiento. Y todo lo que se mueve es movido por otro. De hecho nada se mueve a no ser que en cuanto potencia esté orientado a aquello para lo que se mueve. Por su parte, quien mueve está en acto. Pues mover no es más que pasar de la potencia al acto. La potencia no puede pasar a acto más que por quien está en acto. Ejemplo: el fuego, en acto caliente, hace que la madera, en potencia caliente, pase a caliente en acto. De este modo la mueve y cambia. Pero no es posible que una cosa sea lo mismo simultáneamente en potencia y en acto; sólo lo puede ser respecto a algo distinto. Ejemplo: Lo que es caliente en acto, no puede ser al mismo tiempo caliente en potencia, pero sí puede ser en potencia frío. Igualmente, es imposible que algo mueva y sea movido al mismo tiempo, o que se mueva a sí mismo. Todo lo que se mueve necesita ser movido por otro. Pero si lo que es movido por otro se mueve, necesita ser movido por otro, y éste por otro. Este proceder no se puede llevar indefinidamente, porque no se llegaría al primero que mueve, y así no habría motor alguno pues los motores intermedios no mueven más que por ser movidos por el primer motor. Ejemplo: Un bastón no mueve nada si no es movido por la mano. Por lo tanto, es necesario llegar a aquel primer motor al que nadie mueve. En éste, todos reconocen a Dios.Tomás & Martorell, J. (1994). Suma de teología: Vol. I, pp. 110-112.
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2) La segunda es la que se deduce de la causa eficiente. Pues nos encontramos que en el mundo sensible hay un orden de causas eficientes. Sin embargo, no encontramos, ni es posible, que algo sea causa eficiente de sí mismo, pues sería anterior a sí mismo, cosa imposible. En las causas eficientes no es posible proceder indefinidamente porque en todas las causas eficientes hay orden: la primera es causa de la intermedia; y ésta, sea una o múltiple, lo es de la última. Puesto que, si se quita la causa, desaparece el efecto, si en el orden de las causas eficientes no existiera la primera, no se daría tampoco ni la última ni la intermedia. Si en las causas eficientes llevásemos hasta el infinito este proceder, no existiría la primera causa eficiente; en consecuencia no habría efecto último ni causa intermedia; y esto es absolutamente falso. Por lo tanto, es necesario admitir una causa eficiente primera. Todos la llaman Dios.Tomás & Martorell, J. (1994). Suma de teología: Vol. I, p. 112.
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3) La tercera es la que se deduce a partir de lo posible y de lo necesario. Y dice: Encontramos que las cosas pueden existir o no existir, pues pueden ser producidas o destruidas, y consecuentemente es posible que existan o que no existan. Es imposible que las cosas sometidas a tal posibilidad existan siempre, pues lo que lleva en sí mismo la posibilidad de no existir, en un tiempo no existió. Si, pues, todas las cosas llevan en sí mismas la posibilidad de no existir, hubo un tiempo en que nada existió. Pero si esto es verdad, tampoco ahora existiría nada, puesto que lo que no existe no empieza a existir más que por algo que ya existe. Si, pues, nada existía, es imposible que algo empezara a existir; en consecuencia, nada existiría; y esto es absolutamente falso. Luego no todos los seres son sólo posibilidad; sino que es preciso algún ser necesario. Todo ser necesario encuentra su necesidad en otro, o no la tiene. Por otra parte, no es posible que en los seres necesarios se busque la causa de su necesidad llevando este proceder indefinidamente, como quedó probado al tratar las causas eficientes (núm. 2). Por lo tanto, es preciso admitir algo que sea absolutamente necesario, cuya causa de su necesidad no esté en otro, sino que él sea causa de la necesidad de los demás. Todos le dicen Dios.Tomás & Martorell, J. (1994). Suma de teología: Vol. I, p. 112.
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4) La cuarta se deduce de la jerarquía de valores que encontramos en las cosas. Pues nos encontramos que la bondad, la veracidad, la nobleza y otros valores se dan en las cosas. En unas más y en otras menos. Pero este más y este menos se dice de las cosas en cuanto que se aproximan más o menos a lo máximo. Así, caliente se dice de aquello que se aproxima más al máximo calor. Hay algo, por tanto, que es muy veraz, muy bueno, muy noble; y, en consecuencia, es el máximo ser; pues las cosas que son sumamente verdaderas, son seres máximos, como se dice en II Metaphys. Como quiera que en cualquier género, lo máximo se convierte en causa de lo que pertenece a tal género -así el fuego, que es el máximo calor, es causa de todos los calores, como se explica en el mismo libro-, del mismo modo hay algo que en todos los seres es causa de su existir, de su bondad, de cualquier otra perfección. Le llamamos Dios.Tomás & Martorell, J. (1994). Suma de teología: Vol. I, p. 112.
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5) La quinta se deduce a partir del ordenamiento de las cosas. Pues vemos que hay cosas que no tienen conocimiento, como son los cuerpos naturales, y que obran por un fin. Esto se puede comprobar observando cómo siempre o a menudo obran igual para conseguir lo mejor. De donde se deduce que, para alcanzar su objetivo, no obran al azar, sino intencionadamente. Las cosas que no tienen conocimiento no tienden al fin sin ser dirigidas por alguien con conocimiento e inteligencia, como la flecha por el arquero. Por lo tanto, hay alguien inteligente por el que todas las cosas son dirigidas al fin. Le llamamos Dios.Tomás & Martorell, J. (1994). Suma de teología: Vol. I, pp. 112-113.
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Cruzando un páramo, si suponemos que choco mi pie contra una piedra y me preguntan cómo llegó la piedra allí, yo podría responder que, por lo que yo sabía, había estado allí desde siempre, y quizá no sería fácil demostrar lo absurda que es esta respuesta. Pero supongamos que encuentro un reloj en el suelo y me preguntan cómo llegó hasta ahí el reloj. Difícilmente daría la respuesta que había dado antes, que, por lo que yo sabía, el reloj podría haber estado allí desde siempre. Pero ¿por qué esta respuesta no podría servir también para el reloj, como sirve para la piedra? ¿Por qué no es igualmente admisible en el segundo caso como en el primero? Por esta razón y por ninguna otra, a saber, que cuando inspeccionamos el reloj, percibimos (lo que no podríamos descubrir en la piedra) que sus diversas partes están diseñadas y ensambladas con un propósito, por ejemplo, que están formadas y ajustadas de tal manera que producen movimiento, y que ese movimiento está regulado para indicar la hora del día; que si las diversas partes hubieran tenido una forma diferente a la que tienen, un tamaño diferente al que tienen, o se hubieran colocado de cualquier otra manera, o en cualquier otro orden que no fuera el que tienen, entonces o bien no se habría producido ningún movimiento en la máquina, o ninguno que hubiera servido para el uso que ahora cumple.[…]Este mecanismo, una vez observado (ciertamente requiere un examen del instrumento y quizás algún conocimiento previo del tema para percibirlo y entenderlo; pero una vez que, como hemos dicho, se ha observado y comprendido), la inferencia, creemos, es inevitable: que el reloj debe haber tenido un creador; que debe haber existido, en algún momento y en algún lugar u otro, un artífice o artífices que lo formaron con el propósito que vemos que realmente cumple; quienes comprendieron su construcción y diseñaron su uso.[…]Solo mediante la evidencia de un diseño es posible dar testimonio de la existencia, la acción y la sabiduría del Ser Supremo a sus criaturas racionales. Esta es la escala por la cual ascendemos a todo el conocimiento de nuestro Creador[…]Si se elimina esto, nos quitan todo objeto de observación y base para el razonamiento; me refiero a cómo nuestras facultades racionales están configuradas en la actualidad. Cualquier cosa creada, Dios podría haberla hecho sin utilizar instrumentos o medios: pero es en la construcción de instrumentos, en la elección y adaptación de medios, donde se ve una inteligencia creativa. Es esto lo que constituye el orden y la belleza del universo.Paley, W. (2009). Natural theology: or evidences of the existence and attributes of the deity collected from the appearances of nature, pp. 1-43.
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- Explique con sus palabras la tesis que se defiende en el texto.
- Muestre las ideas y la estructura argumental de que se sirve el autor para defender esa tesis.
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Artículo
Pasos para escribir un artículo filosófico (II)
3. ¿Cómo seleccionar, analizar, sacar citas y referenciar los textos?
Sacar notas de las fuentes
- Escribir en nuestro cuaderno el título del libro que vamos a leer.
- Después de leer algo que consideramos relevante, escribir en el cuaderno la página del libro donde aparece y, a continuación, las ideas tal y como nosotros las hemos entendido sin mirar de nuevo el texto. No se trata de sacar una cita directa, sino de anotar las ideas que nos ha inspirado el texto.
- No preocuparse por la extensión o la corrección sintáctica de lo que hemos escrito. Se trata de anotar nuestras ideas para no olvidarlas, no la redacción definitiva del artículo.
- Tras la sesión de lectura, cerrar el libro y ordenar de manera lógica las ideas anotadas.
- Con el libro cerrado, escribir en el cuaderno un resumen de lo que te haya parecido importante.
Analizar un texto
- ¿De qué trata el texto? El tema general, de qué va, sobre qué problema o cuestión versa. Si el texto coincide con un párrafo, el tema debería aparecer en la primera línea.
- ¿Qué dice el texto? La tesis, lo que afirma, lo que defiende el texto. Es decir, la respuesta que da el texto al problema que trata.
- ¿Por qué lo dice? Los argumentos que da para apoyar su postura frente al tema o problema.
- ¿Cómo lo dice? La forma o estructura argumental que el autor le ha dado al texto para hacerlo más comprensible, atractivo o convincente.
- ¿Para qué lo dice? Es decir, cuál es el objetivo que tuvo el autor al escribir ese texto, qué quería conseguir con él: convencer, rechazar, afirmar su acuerdo o desacuerdo con algo, etc.
- Si el tema del texto coincide o no con el de nuestra investigación.
- Si lo que dice es algo original o no, contrario o no a lo que dicen otros autores o nosotros mismos, etc.
- Si los argumentos que da son válidos, sólidos, fuertes, consistentes, razonables, etc., y si coinciden, complementan o contraponen a otros que conozcamos o se nos hayan ocurrido.
- Si la forma de argumentar es atractiva y consigue su objetivo, con vistas a si la podríamos adoptar para nuestro artículo o no.
- Identificar términos técnicos o desconocidos para nosotros que es necesario consultar en un diccionario generalista o especializado. Las diferentes interpretaciones que se han hecho de un término técnico pueden ser objeto de un buen artículo filosófico.
Citar un texto
Spinoza está en lo cierto cuando dice que «los hombres juzgan de las cosas según la disposición de su cerebro y que más bien las imaginan que las entienden» (Spinoza, 2000, p. 73), porque si no fuera así…
De la misma forma opina Spinoza cuando dice lo siguiente:Estos dichos bastan para mostrar que los hombres juzgan de las cosas según la disposición de su cerebro y que más bien las imaginan que las entienden. Ya que, de haber entendido las cosas, éstas (testigo las Matemáticas), aunque no atrajeran a todos, al menos los convencerían. (Spinoza, 2000, p. 73)Esto supone que…
Spinoza apunta lo mismo cuando dice que los seres humanos valoramos las cosas siguiendo nuestra imaginación más que nuestro entendimiento, porque, si no fuera así, pasaría como con las matemáticas, con cuyos resultados todos estamos de acuerdo (Spinoza, 2000, p. 73).
¿Cómo referenciar los textos?
- Apellido, A. A. (fecha). Título del libro en cursiva. Editorial.
- Spinoza, B. (2000). Ética demostrada según el orden geométrico. Trotta.
hasta ahora cada día de nuestra vida nos ha enseñado que las alegrías y los placeres, aun cuando se logren, son en sí mismos engañosos, no dan lo que prometen, no dejan el corazón satisfecho y su posesión está al menos amargada por las molestias que les acompañan o que surgen de ellos; mientras que, por el contrario, los dolores y los sufrimientos se muestran sumamente reales y a menudo superan todas las expectativas.
- Autor: Arthur Schopenhauer
- Obra: El mundo como voluntad y representación. Complementos
- Año: 2019
- Editorial: Trotta
- Página: 693
Cuando el yo conoce los sentimientos dentro del organismo que los posee, éstos mejoran y amplifican el proceso de gestionar la vida.
- Autor: Antonio Damasio
- Obra: En busca de Spinoza
- Año: 2005
- Editorial: Crítica
- Página: 693
La finalidad real de un estado debe comprender la mejora moral de sus ciudadanos, ya que debe ser una asociación de hombres que vivan juntos para alcanzar la mejor vida posible.
- Autor: George Holland Sabine
- Obra: Historia de la teoría política
- Año: 1979
- Editorial: FCE
- Página: 81
Pasos para escribir un artículo filosófico (VI)
¿Cómo escribir el Desarrollo de un artículo?
La producción
- No hay que prestar atención a la corrección sintáctica ni ortográfica.
- Se deben escribir unas 10 o 15 frases, no importa de qué tamaño.
- Hay que seguir el orden lógico que tengamos en la cabeza. Luego habrá tiempo para reordenarlas.
- Se pueden ir usando las notas de las fuentes consultadas, incluso introduciendo citas.
La edición
- Hay que tener en cuenta que cada párrafo contiene un pequeño tema y cada frase u oración, una idea.
- Hay que tener en cuenta que los párrafos también tienen una estructura interna:
- Introducción:
- en las primeras líneas de cada párrafo hay que decir de qué va y cómo se relaciona con el párrafo anterior. Por ejemplo:
- oponer una idea con la vista en el párrafo anterior
- ejemplificar lo dicho en el párrafo anterior
- sacar una conclusión
- deducir algo del párrafo anterior
- profundizar en un aspecto del párrafo anterior
- generalizar una idea del párrafo anterior
- exponer la siguiente idea de una enumeración.
- en las primeras líneas de cada párrafo hay que decir de qué va y cómo se relaciona con el párrafo anterior. Por ejemplo:
- Desarrollo:
- en el cuerpo del párrafo hay que exponer los argumentos, explicarlos, citar las fuentes y explicarlas para que se entienda qué tienen que ver o cómo ayudan a lo que estamos argumentando
- hay que exponer los pros y los contras de cada argumento
- los argumentos deben seguir una secuencia lógica.
- Hay que tratar de explicar completamente todas nuestras ideas, sin dar nada por supuesto o entendido
- hay que utilizar la primera persona del singular para expresar las propias ideas y la tercera persona para las ideas de otros autores.
- hay que tratar de que la prosa sea clara, fluida y precisa:
- es conveniente hacer frases cortas y simples (sujeto, verbo y predicado).
- es conveniente evitar la concatenación de conjunciones, coordinaciones y subordinaciones.
- es conveniente evitar las frases hechas.
- respecto a la precisión:
- hay que buscar las palabras exactas.
- no hay que hacer oraciones imprecisas o vagas.
- no hay que aportar datos sin especificar la fuente.
- no se puede utilizar fuentes sin referenciar.
- Hay que buscar la concisión y brevedad.
- Es decir, hay que ir al grano y no contar cosas que no vienen a cuento o repetir varias veces de forma diferente lo ya dicho.
- en el cuerpo del párrafo hay que exponer los argumentos, explicarlos, citar las fuentes y explicarlas para que se entienda qué tienen que ver o cómo ayudan a lo que estamos argumentando
- Conclusión:
- al final de cada párrafo hay que hacer un breve resumen de lo argumentado en ese párrafo y exponer la conclusión a la que se ha llegado.
- Introducción:
- Una vez tengamos todos los párrafos escritos, hay que organizarlos de manera lógica. Es muy importante decidir la secuencia lógica de los párrafos para expresar claramente los argumentos que se quieren defender.
La revisión
- Hay que mirar de nuevo el orden tanto de las ideas como de los párrafos a través de los cuales exponemos nuestros argumentos.
- Hay que fijarse en que:
- no haya citas en la introducción ni en la conclusión del artículo
- que no haya citas al final de ningún párrafo
- que no haya citas sin referenciar o explicar
- que nuestra interpretación sea fiel a lo que dicen los autores citados.
- Hay que revisar la redacción en sus aspectos gramaticales y ortográficos.
- Finalmente hay que preguntarse si en el artículo realmente se demuestra lo que se pretendía.
Recursos
Bibliografía:
- Abbagnano, N. (1994). Historia de la filosofía. Vol 1: Hora.
- Agustín & Encuentra, O. A. (2010). Confesiones. Madrid: Gredos.
- Agustín. (1946). Obras completas de San Agustín III. Obras filosóficas. Madrid: BAC.
- Anselmo de Canterbury. (1998). Proslogion. Tecnos.
- Beuchot, M. (2013). Historia de la filosofía medieval, FCE.
- Bréhier, E. (1988). Historia de la filosofía I: Tecnos.
- Copleston, F. C. (2001). Historia de la filosofía II: Ariel.
- Copleston, F. C. (1994). Historia de la filosofía IIII: Ariel.
- Gaunilo de Marmoutier, Respuesta en favor del insensato, en Anselmo de Canterbury. (1970). Proslogion. Aguilar.
- Honderich, T. & García, T. C. (2001). Enciclopedia Oxford de filosofía.
- Paley, W. (2009). Natural theology: or evidences of the existence and attributes of the deity collected from the appearances of nature. Cambridge University Press.
- Ramon Guerrero, R. (2002). Historia de la filosofía medieval: Akal.
- Reale, G. & Antiseri, D. (1988). Historia del pensamiento filosófico y científico. Tomo I.
- Russell, B., Gómez, . S. J., Dorta, A., & Mosterín, J. (2004). Historia de la filosofía occidental. Pozuelo de Alarcón (Madrid): Espasa-Calpe.
- Sabine, G. H. (1979). Historia de la teoría política. Madrid: FCE.
- Sánchez, M. D. (2001). Teoría del conocimiento: Dykinson.
- Sánchez Meca, D. (2013). Historia de la filosofía antigua y medieval: Dykinson.
- Stevenson, L., Haberman, D. L., Wright, P. T. & Witt, C. (2018). Trece teorías de la naturaleza humana. Madrid: Cátedra.
- Störig, H. J. (2012). Historia universal de la filosofía. Madrid: Tecnos.
- Tomás & Martorell, J. (1994). Suma de teología: Vol. I. BAC.
- Tomás. (1993). Suma de teología: Vol. II. Madrid: BAC.
- Tomás. (1990). Suma de teología: Vol. III. Madrid: BAC.
- Tomás. (1994). Suma de teología. Vol. IV. Madrid: BAC.
Vídeos:
Argumentación
Posible cuestión del examen argumentativo:
Elementos del texto argumentativo
- Interpretación y contextualización de la cuestión
- Maneras de entender o interpretar la pregunta. ¿A qué se refiere la pregunta? Algunos de los conceptos que aparecen en ella se pueden interpretar de diferentes maneras, por lo que se puede referir a muchas cosas. Así que hay que interpretarla, concretarla. En este punto hay que señalar los conceptos que admiten más de una interpretación y escribir cómo se reformularía la pregunta inicial dándole cada una de esas interpretaciones.
- Implicaciones de tal o cual interpretación de la pregunta. De cada una de las interpretaciones que hemos dado de la pregunta inicial hay que decir qué consecuencias tendría planteárnoslas. Es decir, para qué serviría responder a cada una de esas interpretaciones.
- Relevancia o importancia de tal o cual interpretación. Hay que decir cuál de las interpretaciones que se han dado de la pregunta inicial sería más interesante o importante, diciendo por qué. Y también por qué las otras no son tan relevantes y por qué.
- Elección de una interpretación de la pregunta a la que dar respuesta. Aquí hay que decir que se elige dar respuesta a la interpretación que antes se ha dicho que es la más importante. Si se elige otra, sería incoherente, por lo que restaría puntos.
- Problemas u otras cuestiones asociadas a la interpretación elegida. La interpretación que se ha elegido como la más importante da lugar a otras preguntas relacionadas con ella. Aquí hay que escribir alguna de esas otras preguntas.
- Tesis (respuesta tentativa a la pregunta)
- Postura que se va a defender en la disertación. Es decir, aquí hay que responder en una frase clara y concisa a la interpretación que se ha elegido.
- Argumentos a favor de la tesis (al menos 2)
- Explicación detallada de cada argumento. Deben ser argumentos que apoyen, sustenten, la tesis dada y deben de estar clara y suficientemente explicados. Se pueden poner ejemplos.
- Se debe utilizar, al menos, una cita bien referenciada y explicada de una fuente fiable. Se pueden utilizar citas directas e indirectas.
- Argumentos en contra de la tesis (al menos 2)
- Explicación detallada de cada argumento. Deben ser argumentos que refuten, nieguen, la tesis dada y deben de estar clara y suficientemente explicados. Se pueden poner ejemplos.
- Se debe utilizar, al menos, una cita bien referenciada y explicada de una fuente fiable. Se pueden utilizar citas directas e indirectas.
- Valoración comentada de la potencia e importancia de los argumentos para apoyar o refutar la tesis. Aquí hay que decir qué tipo de argumentos, los a favor de la tesis o los en contra de la tesis, tienen más peso, son más razonables, argumentando por qué.
- Conclusión
- Explicación de si se reafirma en la tesis o se cambia de postura. Es decir, hay que explicitar si, dada la valoración hecha antes, se sigue estando de acuerdo con la tesis o si se ha cambiado de opinión porque han resultado más convincentes los argumentos en contra.
- Consecuencias o implicaciones para el mundo actual de la postura adoptada. Aquí hay que decir qué pasaría o debería pasar en el mundo si es correcta la conclusión final a la que se ha llegado.