La pasión por el conocimiento
Teoría
LA ARGUMENTACIÓN (III)
Los argumentos por analogía
Los argumentos por analogía son un tipo de argumentos inductivos que parten de la observación de similitudes en las propiedades observables de dos o más objetos para inferir de ello que las propiedades inobservables de uno de ellos también son similares a las del otro. Por ejemplo:
- María y Laura son morenas
- María y Laura tienen los ojos verdes
- María y Laura llevan pendientes muy parecidos
- María mide 1,65 cms
- Por lo tanto, seguramente Laura también mida 1,65 cms
La fuerza de un argumento por analogía depende, por un lado, la relación que exista entre las similitudes que sirven como premisas y la que se infiere como conclusión. En el ejemplo anterior, claramente no tiene nada que ver el color del pelo y los ojos o que lleven o no pendientes con su estatura. Otro aspecto a tener en cuenta es el grado de similitud entre las cosas que se comparan, que puede ser mayor o menor. Finalmente, a la hora de valorar la fuerza de un argumento por analogía también es importante el número y variedad de similitudes que se aprecian.
La reducción al absurdo
La reducción al absurdo es un tipo de argumento que consiste en establecer una afirmación mostrando que su contraria sería absurda o contradictoria.
—Sócrates —dijo— ¡tú sí que eres admirable por el ardor que pones en la argumentación! Pero respóndeme ahora lo siguiente: ¿tú mismo haces la distinción que dices, separando, por un lado, ciertas Formas en sí, siendo separadas a su vez, las cosas que participan de ellas? ¿Y te parece que hay algo que es la semejanza en sí, separada de aquella semejanza que nosotros tenemos y, asimismo, respecto de lo uno y los múltiples, y de todas las cosas de las que hace un poco oíste hablar a Zenón?—Así me lo parece, repuso Sócrates.—¿Y acaso, también —siguió Parménides—, cosas tales como una Forma en sí y por sí de justo, de bello, de bueno y de todas las cosas de este tipo?—Sí, respondió.—¿Y qué? ¿Una Forma de hombre, separada de nosotros y de todos cuantos son como nosotros, una Forma en sí de hombre, o de fuego, o de agua?—Por cierto —contestó—, a propósito de ellas, Parménides, muchas veces me he visto en la dificultad de decidir si ha de decirse lo mismo que sobre las anteriores, o bien algo diferente.—Y en lo que concierne a estas cosas que podrían parecer ridículas, tales como pelo, barro y basura, y cualquier otra de lo más despreciable y sin ninguna importancia, ¿también dudas si debe admitirse, de cada una de ellas, una Forma separada y que sea diferente de esas cosas que están ahí, al alcance de la mano? ¿O no?—¡De ningún modo!, repuso Sócrates. Estas cosas que vemos, sin duda también son. Pero figurarse que hay de ellas una Forma sería en extremo absurdo.(Platón, Parménides)
En el método socrático se pueden distinguir dos partes: la ironía y la mayéutica. La primera es un caso concreto de reducción al absurdo que consiste en inquirir o preguntar a alguien sobre una de sus afirmaciones con el objetivo de hacerle dudar sobre ella, mostrándole que es contradictoria o absurda. Con este método, por lo tanto, no se trata de enseñar a nadie ningún conocimiento, sino hacerle ver lo erróneo de sus concepciones irreflexivas. Tras el reconocimiento de que no se sabe lo que se creía saber, comienza la mayéutica, que consiste en hacer las preguntas correctas que conduzcan a un conocimiento realmente verdadero e indudable sobre algo. Sócrates, al utilizar este método, decía que realizaba la misma labor que su madre, que era matrona, pues entendía que, de esa manera, ayudaba a dar a luz, a sacar a la luz, los conocimientos que los seres humanos ya llevamos dentro sin saberlo.
Práctica
Investigación
Pasos para escribir un artículo filosófico (I)
1. ¿Cómo elegir el tema?
Tipos de temas
Para elegir un tema adecuado, hay que decidir si se prefiere investigar sobre un tema abierto y general, uno cerrado y concreto o uno de contraste entre varias posiciones.
Tema abierto y general:
Se trata de temas como La felicidad o El conocimiento humano, en el que prima el enfoque personal o ideas previas de cada autor, pues este tiene libertad para elegir las fuentes que le permitan desarrollar su propio pensamiento. Esta clase de temas tiene, principalmente, dos tipos de dificultades. En primer lugar, dar con un punto de vista personal y original sobre ellos. Por eso es muy común que el enfoque vaya cambiando o afinando según se vaya avanzando en el proceso de investigación y reflexión. En segundo lugar, la selección de fuentes relevantes para el enfoque que se le dé. Eso requiere de un gran conocimiento de todas las fuentes disponibles. Por otra parte, la selección de las fuentes tiene que estar justificada. Por ejemplo, no sería razonable tratar el problema del cambio climático buscando fuentes de la Edad Media, pues no es un tema que se tratase en aquella época.
Tema cerrado y concreto:
Son temas como La justicia en la República de Platón o La vía de la verdad en el poema de Parménides, que se centran en unos autores u obras concretas. Por eso es muy importante conocer en profundidad los argumentos involucrados en ellos. Esta clase de temas tiene, principalmente, dos tipos de dificultades. La primera consiste en formular con precisión la pregunta o cuestión que se va a tratar. Esta tiene que ser muy concreta para poder ordenar en torno a ella toda la estructura argumental. Si resulta demasiado amplia o vaga, será imposible avanzar una tesis y apoyarla de forma eficaz con nuestros argumentos. La segunda consiste en contextualizar suficientemente el origen y los filósofos involucrados en el tema. Por ejemplo, si el tema es La justicia en la República de Platón, habría que explicar el contexto sociopolítico en el que Platón escribió esa obra y qué es lo que pretendía con ella.
Tema de contraste entre varias posiciones:
Son temas como El problema del movimiento en Heráclito y Parménides o Las normas sociales para Sócrates y los sofistas. Es decir, son temas en los que se confrontan las posiciones de dos o más filósofos o corrientes filosóficas. Esta clase de temas requiere del conocimiento preciso de los argumentos de cada una de las partes, así como sus puntos fuertes y débiles, para valorarlos con objetividad y poder luego proponer un veredicto justo.
La emergencia del tema
Una vez que tenemos claro el tipo de tema que queremos abordar hay que pensar en los autores o corrientes del pensamiento que nos resultan más atractivos, los que mejor entendemos, aquellos con los que estamos más de acuerdo y con los que menos, etc., teniendo siempre como horizonte la idea de hacer un artículo sobre ellos. En este punto, lo mejor es ir a lo más cercano, sencillo, entendible y fácil para nosotros, puesto que la complejidad la encontraremos inevitablemente según profundicemos en la investigación.
La concreción del tema está imbricada o superpuesta a la selección de las fuentes. Si nos interesa, por ejemplo, la figura de Platón, lo primero es conocer algo más de él a través de vídeos, documentales, manuales de divulgación o enciclopedias, que nos proporcionarán puntos de vista y temas más específicos que quizá no conocíamos. De esa manera veremos cómo el tema que realmente nos interesa emerge de entre todos los demás.
Posibles temas para el artículo de la segunda evaluación
Antropología
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Teoría del conocimiento
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Ética o moral
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Metafísica u ontología
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Sociedad o política
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La elección del tema del artículo es clave. Se debe elegir uno que le llame la atención, le atraiga por alguna razón, lo considere importante, sienta alguna curiosidad por él, que sea divertido o sobre el que se tenga una fuerte opinión previa, ya sea a favor o en contra. la elección de un tema que se considera aburrido dará lugar a falta de interés por estudiarlo y a un artículo malo.
1. Elija un tema, comuníqueselo a la revista especializada correspondiente y comience a buscar fuentes secundarias y primarias sobre él. Tenga en cuenta que cada revista solo puede admitir un número limitado de artículos.
2. ¿Cómo seleccionar las fuentes?
La selección de las fuentes debe empezar por las fuentes secundarias para luego acceder a las fuentes primarias:
- Las fuentes secundarias son los documentos, libros, artículos, etc. de autores que comentan o interpretan lo que dicen las fuentes primarias. Por ejemplo, W. K. C. Guthrie, en su obra Historia de la filosofía griega, analiza y comenta los textos de los filósofos de la Grecia antigua.
- Fuentes secundarias son enciclopedias, manuales de consulta, historias generales sobre la materia, documentales, vídeos divulgativos, etc.
- Elige las que mejor entiendas, encajen con lo que ya sabes, te sean más fáciles de manejar sin perder, con ello, rigor.
- Las fuentes primarias son el conjunto de documentos, libros, artículos, etc. de los autores que aportan su visión propia sobre un tema. Por ejemplo, en una investigación sobre la teoría de las Ideas de Platón, las fuentes primarias serían los propios textos de Platón.
Para distinguir buenas fuentes de las que no lo son es útil hacerse las siguientes preguntas:
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Autoría: ¿quién firma o se hace responsable de la información?
- Nos podemos fiar de organismos oficiales, universidades, centros de investigación, revistas especializadas, enciclopedias.
- No debemos fiarnos de sitios web sin copyright, sin autoría, comerciales, con publicidad.
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Actualización: ¿cuándo se ha creado o revisado la información?
- Una fuente fiable indica la fecha de creación o actualización de sus documentos.
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Relevancia: ¿tiene relación directa con tu investigación?
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Cobertura: ¿trata con suficiente profundidad el tema?
- Una buena fuente organiza su contenido en apartados.
- Una buena fuente presenta suficiente información en cada apartado.
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Bibliografía: ¿se basa en otras fuentes fiables?
- Una buena fuente indica las fuentes de las que se sirve y las referencia.
1. Haga un listado con las fuentes secundarias y primarias que va a consultar para escribir su artículo.
Bibliografía
- Platón & Vallejo, C. A. (1988). Diálogos. Tomo V. Gredos.
- Tovar, A. (1984). Vida de Sócrates. Alianza.