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Teoría

 

LA ARGUMENTACIÓN (II)
Los argumentos inductivos
Los argumentos inductivos son especialmente usados en ciencias experimentales, como la física, la química, la biología, etc., pues permiten extraer información novedosa y predictiva a partir de la observación de hechos concretos del mundo. Es decir, tratan de llegar a postulados generales a partir de la observación de casos particulares. No obstante, tienen como desventaja que su conclusión no proporciona certeza, sino que es meramente probabilística, pues, a no ser que comprobemos todos los casos particulares de todo el universo, del pasado y del futuro, lo cual es imposible, nunca podremos estar seguros de que la generalización en que consiste la conclusión sea absolutamente verdadera.
Un argumento inductivo es fuerte si considerar las premisas verdaderas obligaría a considerar también como muy probablemente verdadera la conclusión, y es convincente si, además, aceptamos sus premisas como verdaderas. Por ejemplo:
  • Esta caja contiene 30 canicas. (Primera premisa)
  • Sacadas 26 canicas al azar, se observa que son todas azules. (Segunda premisa)
  • Por lo tanto, es muy probable que todas las canicas de la caja sean azules. (Conclusión)
Un argumento inductivo fuerte, pero no convincente sería, por ejemplo:
  • Todos los monos que he visto (más de 500) tienen el pelaje verde. (Primera premisa)
  • Por lo tanto, seguramente todos los monos del mundo tienen el pelaje verde. (Conclusión)
Un argumento inductivo débil sería, por ejemplo:
  • Esta nevera tiene 30 latas. (Primera premisa)
  • Tres de esas latas seleccionadas aleatoriamente contienen cerveza. (Segunda premisa)
  • Por lo tanto, es muy probable que todas las latas de esta nevera contenga cerveza. (Conclusión)
Como se ve, la fuerza de un argumento inductivo no tiene que ver con la verdad de las premisas y es, además, una cuestión de grado, relacionada con el número de casos particulares que se han observado. Si se han observado la mayoría, eso hace al argumento más fuerte que si se han observado pocos casos. Que sea o no convincente sí está vinculado a la verdad de las premisas.
En conclusión, un buen argumento inductivo es un argumento convincente, para lo cual ha de ser también fuerte.

 

Los argumentos abductivos
Los argumentos abductivos son muy usados en ciencias experimentales. Son aquellos en los que se extrae una hipótesis explicativa o conjetura de entre un conjunto de ellas que den razón de determinados hechos del mundo. También son llamados «inferencias a la mejor explicación». El problema de la abducción, dado que no es una forma lógicamente válida de razonamiento, es el mismo que el de la inducción: su imposibilidad de llegar a verdades absolutas. No obstante, es una forma de argumentación potente para crear nuevas y predictivas ideas.
La forma clásica de la abducción es la siguiente:
  • Existe un hecho del mundo X que precisa ser explicado.
  • Surge, por el medio que sea, un conjunto de hipótesis explicativas (A, B, C, D…) que dan cuenta del hecho X.
  • Puesto que la hipótesis B explica la existencia de X mejor que el resto de hipótesis y se da el hecho X, entonces es razonable pensar que la hipótesis B es correcta.
Hay que subrayar que no es un razonamiento lógicamente correcto, por lo que no se puede afirmar con rotundidad que tal hipótesis es correcta. Eso supondría caer en la falacia del consecuente, según la cual:
  • Si A, entonces B
  • B
  • Por lo tanto, A
Es decir:
  • Si llueve, la calle se moja
  • La calle está mojada
  • Por lo tanto, llueve (lo cual no tiene por qué ser cierto, sino que la calle puede estar mojada por cualquier otra razón)

 

Práctica

 

1. Vea el vídeo y responda a este cuestionario.

 

2. Invente tres argumentos inductivos fuertes, pero no convincentes.

 

3.- Invente tres argumentos inductivos débiles.

 

4.- Señale cuáles de los siguientes argumentos inductivos son fuertes y convincentes; fuertes, pero no convincentes; o débiles:
  • En el mundo hay cosas buenas y malas. La mayoría de las que me han ocurrido hoy, son buenas. Por lo tanto, en el resto de mi vida seguramente me ocurrirán más cosas buenas que malas.
  • Todos los perros que he visto en mi vida son calvos. Por lo tanto, lo más probable es que todos los perros de Europa lo sean.
  • Para cada examen que he tenido he estudiado una media de 5 horas y siempre he aprobado. Por lo tanto, estudiar 5 horas será suficiente para aprobar cualquier examen.
  • Siempre que he jugado a la lotería he perdido. Por lo tanto, seguramente no gane nunca un premio de la lotería..

 

5.- Invente tres argumentos abductivos para explicar el hecho de que los árboles crezcan e indique cuál es el mejor.

 

Investigación

 

¿Qué es un artículo filosófico?
Un artículo filosófico es un ensayo o trabajo de investigación en el que se analiza un problema filosófico concreto con el objetivo de aclararlo, resolverlo o dar una nueva perspectiva sobre él. No se trata de demostrar la propia erudición, cuánto se sabe de un tema, sino de explorar y tratar de llegar al conocimiento o clarificación de una cuestión. Los temas a tratar pueden ser:
  • Abiertos y generales
    (por ejemplo: la libertad humana, la belleza, el bien), que permiten al autor seleccionar con libertad los autores y teorías filosóficas a emplear para apoyar y desarrollar sus propias ideas.
  • Cerrados y concretos
    (por ejemplo: el conocimiento para Platón, el movimiento en Heráclito), que requieren del autor el conocimiento previo de los principales argumentos de los autores que se analizan.
  • De contrastación
    (por ejemplo: las posiciones de Parménides y Heráclito respecto al movimiento, Sócrates vs. los sofistas), en los que se contrastan y valoran los puntos de vista de varios autores o corrientes filosóficas. En estos se trata de analizar los argumentos de cada uno, ver los puntos a favor y en contra, y dar una visión propia del asunto.

 

¿Cómo es un artículo filosófico?
Un trabajo de investigación filosófica tiene como objetivo profundizar en el conocimiento de un problema filosófico concreto. Para ello es preciso que ese trabajo cumpla una serie de requisitos formales que faciliten su evaluación por otros investigadores, así como su difusión. Los trabajos de investigación filosófica tienen, por lo general, forma de artículo. Un artículo filosófico tiene los siguientes elementos:
  • Título. Tiene que ser breve y explicativo del tema o problema que se trata en el artículo.
  • Nombre y apellidos. A veces también se incluye la institución en la que trabaja, sus cargos en diferentes sociedades o grupos de investigación, obras publicadas destacadas y correo electrónico de contacto.
  • Resumen o abstract. Breve exposición del tema que se va a tratar, en la que se dice qué objetivo se tiene y cómo se va a tratar de conseguir.
  • Palabras clave. Conjunto de palabras o expresiones (en torno a cinco o seis) que identifican y permiten encontrar el artículo fácilmente en un buscador.
  • Diferentes secciones o partes del artículo que siguen el modelo clásico de introducción, desarrollo y conclusión, cada una de las cuales puede llevar un título.
    • Introducción.
      El primer apartado siempre tiene que ser la Introducción. En ella hay que explicitar:
      • Contexto, relevancia y justificación: explicar por qué es relevante, importante, interesante en la actualidad y, por tanto, por qué es necesario el presente artículo.
      • Estado de la cuestión: decir qué otros autores han tratado ese tema, resumiendo su posición.
      • Concreción del tema: explicar cuál es el tema que se va a tratar, planteado como pregunta o problema.
      • Objetivo: decir cuál es la respuesta o solución que damos a la pregunta o problema que se plantea como tema. Es decir, aquí hay que explicitar la tesis que se tratará de defender en el artículo.
      • Metodología: explicar qué pasos se van a dar para alcanzar el objetivo propuesto (analizar determinado/s texto/s, criticar determinada/s idea/s, contrastar determinado/s argumento/s de tal o cual autor, etc.).
  • Desarrollo.
    Los siguientes apartados son divisiones en las que se ordena el desarrollo del artículo:
    • Cada apartado es una división lógica en la que se trata un aspecto concreto del tema del artículo.
    • Cada apartado está constituido por varios párrafos:
      • Párrafo introductorio en el que se explicita qué se va a tratar en ese apartado y cómo se ordenará.
      • Párrafos de desarrollo. Cada uno de los párrafos expresa un asunto concreto, y también tiene una estructura interna:
        • Las primeras líneas de cada párrafo sirven como introducción, esto es, decir el tema del párrafo y cómo se relaciona con el párrafo anterior (ofrecer una posición contraria a la del párrafo anterior, ejemplificar lo dicho en el párrafo anterior, profundizar en algún aspecto de lo dicho en el anterior, deducir alguna conclusión de lo dicho en el anterior, generalizar una idea del párrafo anterior, exponer la siguiente idea de una enumeración comenzada antes, etc.)
        • Las siguientes líneas son de desarrollo, en las que se exponen los argumentos, se citan las ideas de otros autores, se explican las citas, se ofrecen ejemplos, etc. Se pueden utilizar citas directas o indirectas, siempre explicando o interpretando a continuación cada una de ellas y argumentando qué tiene que ver o cómo ayuda a entender lo que estamos argumentando. También hay que criticar, señalando los pros y los contras, de cada argumento propio y ajeno. Todo ello debe seguir un orden lógico y estar expresado de la forma más clara y entendible.
        • Las últimas líneas de cada párrafo sirven como conclusión o resumen de lo expuesto en ese párrafo.
      • Párrafo de conclusiones, en el que se recopilan las conclusiones parciales de cada párrafo de desarrollo y se ofrecen conclusiones generales sobre el asunto tratado en ese apartado.
  • Conclusión.
    El último apartado siempre tiene que ser la conclusión. En él hay que explicitar las conclusiones a las que se ha llegado en cada apartado, mostrando su relación y coherencia respecto al objetivo señalado en la Introducción. Es decir, se trata de demostrar la tesis explicitada en la Introducción, apoyándose en las conclusiones a las que se ha ido llegando.
  • Referencias bibliográficas utilizadas.
    Listado ordenado alfabéticamente de las obras consultadas para la elaboración del artículo, tanto las que se citan como las que no.

 

Rúbrica para calificar un artículo filosófico
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Informe de evaluación de un artículo filosófico
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Bibliografía

  • Aristóteles A. & Candel Sanmartín M. (1982). Tratados de lógica (Organon). Vol. 1. Gredos.
  • Aristóteles A. & Candel Sanmartín M. (1982). Tratados de lógica (Organon). Vol. 2. Gredos.

Examen