SANTO TOMÁS (1225 – 1274)

Esquema

Triunfo de Santo Tomás de Aquino (1471). Benozzo Gozzoli

FE Y RAZÓN
ANTECEDENTES
  • San Agustín defendía que había una sola Verdad para cuyo conocimiento la razón estaba subordinada a la fe
  • según sus críticos, el Averroísmo latino (aristotelismo radical cristiano) defiende que hay una doble verdad: una teológica y otra filosófica o de razón (aunque no es exactamente así)
PRESUPUESTO
  • con Aristóteles (y vs. Platón y San Agustín) el conocimiento parte de los sentidos y su objeto son las realidades sensibles materiales
    • el conocimiento de Dios (infinito) es imperfecto y analógico respecto de las cosas limitadas e imperfectas que conocemos (sensibles)
CONSECUENCIAS
  • la razón tiene límites para conocer a Dios
  • solo la fe nos puede dar noticia de más allá de esos límites
  • pero también hay una zona de intersección, contenidos comunes (preámbulos de la fe) a la fe y a la razón
    • justificación circunstancial: para que ciertas verdades asequibles a la razón puedan ser conocidas por todos certeramente sin invertir esfuerzo y tiempo
    • para mostrar que fe y razón no se diferencian primordialmente por sus contenidos, sino por su forma de acceder al conocimiento
      • son fuentes de información autónomas e independientes
COLABORACIÓN FE-RAZÓN
  • la fe sirve de norma o criterio a la razón
    • pues la razón se puede equivocar
    • puesto que no hay una doble verdad (averroísmo latino), si la razón llega a conclusiones incompatibles con la fe es que ha errado y tiene que revisar sus razonamientos
  • la razón ayuda a la fe a construir la Teología como una ciencia
    • los principios de la fe son el objeto científico de la Teología
    • la razón aporta los procedimientos de ordenación científica, las armas dialécticas y los datos o aportaciones de la filosofía que le puedan ser útiles
VÍAS DE DEMOSTRACIÓN DE LA EXISTENCIA DE DIOS
  • Uno de los preámbulos de la fe, es decir, de las verdades o conocimientos que son alcanzables tanto por medio de la fe como por medio de la razón, es que Dios existe.

  • Pero, aunque la oración «Dios existe» es evidentemente verdadera en sí misma (ya que la noción del predicado está incluida en lo que significa el sujeto), no lo es para nosotros, pues no conocemos enteramente lo que significa «Dios». Por lo tanto, es necesario demostrar racionalmente la existencia de Dios de otra manera. Eso, según Tomás, es posible partiendo de los efectos de Dios.

  • Así, hay cinco vías o formas que permiten demostrar la existencia de Dios:
    • Vía del movimiento
      • en el mundo hay cosas que se mueven, que cambian
      • todo lo que cambia (pasa de la potencia al acto) es cambiado por otra cosa que ya está en acto
      • imposibilidad de una regresión jerárquica infinita de motores (cosas que, habiendo alcanzado actualidad, actualizan a otras), pues no se sostendría el cambio
      • necesario un Primer Motor (Inmóvil) [actualidad plena] que esté constantemente transmitiendo movimiento para que lo demás pueda moverse, “y este es el que todos entienden por Dios”
    • Vía de la causalidad
      • en el mundo cada cosa tiene su causa eficiente (la existencia de todo lo causado depende de otra cosa que, a su vez, depende de otra…): nada en el mundo es autocausado
      • imposibilidad de regresión jerárquica infinita de causas causadas [la existencia de todo lo creado depende constantemente de su causa]
      • necesaria una Causa Primera Incausada: Dios
    • Vía de la contingencia
      • todas las cosas del mundo son contingentes (son, pero pueden dejar de ser, al igual que, antes de ser, no eran)
      • por lo que deben su existencia a algo ya existente necesariamente antes lógicamente que ellas
      • imposibilidad de una regresión jerárquica infinita de seres necesarios que lo sean en virtud de otros seres necesarios [el ser de todo lo contingente depende en todo momento de algo diferente a él]
      • necesidad de un Ser Necesario por sí mismo: Dios
    • Vía de los grados de perfección
      • en el mundo hay cosas que participan más o menos de «Ideas» perfectas (bondad, verdad, nobleza, etc.)
      • la gradación en tales perfecciones de las cosas remite a que participan de un patrón, modelo o «Idea»
      • ha de existir un Ser Perfecto (que tiene esas perfecciones en grado máximo y por sí mismo): Dios
    • Vía del ordenamiento a un fin
      • todas las cosas (vivas o inertes) tienden a cumplir su fin, su finalidad
      • pero, salvo el ser humano, el resto de cosas no tienen capacidad intelectual para conocer su fin
      • tiene que existir una Inteligencia Ordenadora que oriente todas las cosas carentes de conocimiento a su fin: Dios
VÍAS DE CONOCIMIENTO DE LA ESENCIA DE DIOS
  • Dado nuestro carácter finito, no podemos conocer de manera perfecta la esencia de Dios, que es infinito
  • No obstante, dado que existe una semejanza entre Dios y lo creado por él, podemos conocer algo de la esencia de Dios mediante analogías:
    • Vía negativa: contraponiéndolo con las imperfecciones que encontramos en el mundo, podemos a llegar a averiguar lo que Dios no es.
      • Dios carece de toda limitación e imperfección que encontramos en los entes mundanos.
    • Vía positiva: atendiendo a las características o atributos positivos que encontramos en el mundo, como la bondad o la veracidad.
      • Dios posee todos esos atributos positivos eminentemente, es decir, en grado sumo y de forma infinita.
METAFÍSICA
CON ARISTÓTELES
  • Dios es acto puro, sin potencialidades
    • por eso es inmutable y perfecto, como dice el dogma cristiano
  • Dios es acto de pensamiento (pensamiento que se piensa a sí mismo)
CONTRA ARISTÓTELES: DOCTRINA DE LA CREACIÓN
  • Aristóteles argumentaba que Dios era autosuficiente, no conoce nada fuera de él: no conoce el mundo
  • para Santo Tomás Dios conoce el mundo conociéndose a sí mismo, pues él fue quien creó el mundo
    • existe una diferencia radical entre Dios y el resto de los seres
      • Dios es necesario y simple: su esencia (potencia) implica su existencia (acto)
      • todo lo creado es contingente: su esencia no implica su existencia
        • lo creado está compuesto de existencia (acto de existir dado por Dios) y de esencia (la potencia de cada cosa de ser de una manera determinada y que la diferencia del resto de cosas)
          • la esencia de cada cosa es más o menos perfecta dependiendo del grado en que participa de Dios (v. gr. la esencia de una piedra consiste en meramente existir; la esencia de una planta consiste en vivir; la esencia de un animal en sentir; la esencia del hombre consiste en entender -tener entendimiento-)
ANTROPOLOGÍA
  • el hombre es una unión sustancial (esencial, potencial) de alma inmaterial y cuerpo material, de manera que no se pueden dar el uno sin el otro
  • facultades del alma:
    • vegetativa: nutrición, crecimiento, reproducción
    • sensitiva: sensaciones y percepciones
    • racional: entendimiento y voluntad
TEORÍA DEL CONOCIMIENTO
  • el Entendimiento, como facultad del alma, está ligado al cuerpo material
    • su objeto, por tanto, no es Dios, sino las realidades materiales sensibles
  • paso de la individualidad de las percepciones sensibles a la universalidad de los conceptos:
    • las percepciones sensibles dejan en la imaginación y memoria una imagen o representación particular
    • el entendimiento agente abstrae la forma o esencia universalizada de tales elementos individuales
    • el entendimiento pasivo conoce, formando los conceptos universales
  • el Entendimiento conoce directamente las formas o esencias universalizadas (conceptos) e, indirectamente, los individuos
ÉTICA Y POLÍTICA
  • el hombre es la única criatura con Entendimiento, lo que le permite conocer sus propias tendencias (naturaleza) y actuar en consecuencia (puesto que tiene libre albedrío) para alcanzar su fin: ser feliz
    • sus acciones no están completamente determinadas, como el resto de los animales y cosas, por la Ley Eterna, “razón de la sabiduría divina en tanto que rectora de todos los actos y movimientos” (leyes físicas y biológicas)
      • según la vía del ordenamiento a un fin por la cual es posible demostrar la existencia de Dios, sería la Ley Eterna de Dios la que conduce a cada cosa o animal a su fin propio
  • la conducta del hombre está regulada por la Ley Natural (reflejo de la Ley Eterna que se deduce de las tendencias naturales del hombre y por la que éste ha de buscar el bien y evitar el mal -pecado-)
    • el hombre ha de buscar el bien en tanto que sustancia, tendiendo a conservar su propia existencia
    • el hombre ha de buscar el bien en tanto que animal, tendiendo a procrear
    • el hombre ha de buscar el bien en tanto que racional, tendiendo a conocer la Verdad y a vivir en sociedad
  • el hombre, haciendo el bien, consigue su fin temporal (la felicidad), pero al tener libre albedrío (ser capaz de hacer el mal), ha de poseer para ello las virtudes cardinales: justicia, templanza, fortaleza y prudencia
  • no obstante, para además conseguir la beatitud eterna ha de poseer las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad
  • aparte de la Ley Natural existe la Ley humana o positiva, que es la que se da una comunidad a sí misma
    • la Ley positiva ha de derivar su legitimidad de la ley natural
  • la mejor forma de gobierno es la monarquía
    • es la que mejor garantiza el orden y la unidad del Estado
    • es la más semejante al gobierno divino
    • pero el Estado es incapaz de guiar a los hombres a su fin último sobrenatural (Dios), lo que corresponde al gobierno espiritual de la Iglesia

 

Texto

SANTO TOMÁS, Suma Teológica, Primera parte, cuestión 2, arts. 1-3.

 

Primera Parte. Cuestión II. Artículos 1-3.

Artículo 1: Dios, ¿es o no es evidente por sí mismo?

Objeciones por las que parece que Dios es evidente por sí mismo:

1. Se dice que son evidentes por sí mismas aquellas cosas cuyo conocimiento nos es connatural, por ejemplo, los primeros principios. Pero, como dice el Damasceno al inicio de su libro, el conocimiento de que Dios existe está impreso en todos por naturaleza. Por lo tanto, Dios es evidente por sí mismo.

2. Se dice que son evidentes por sí mismas aquellas cosas que, al decir su nombre, inmediatamente son identificadas. Esto, el Filósofo [Aristóteles] lo atribuye a los primeros principios de demostración. Por ejemplo, una vez sabido lo que es todo y lo que es parte, inmediatamente se sabe que el todo es mayor que su parte. Por eso, una vez comprendido lo que significa este nombre, Dios, inmediatamente se concluye que Dios existe. Si con este nombre se da a entender lo más inmenso que se puede comprender, más inmenso es lo que se da en la realidad y en el entendimiento que lo que se da sólo en el entendimiento. Como quiera que comprendido lo que significa este nombre, Dios, inmediatamente está en el entendimiento, habrá que concluir que también está en la realidad. Por lo tanto, Dios es evidente por sí mismo.

3. Que existe la verdad es evidente por sí mismo, puesto que quien niega que la verdad existe está diciendo que la verdad existe; pues si la verdad no existe, es verdadero que la verdad no existe. Pero para que algo sea verdadero, es necesario que exista la verdad. Dios es la misma verdad. Jn 14,6: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Por lo tanto, que Dios existe es evidente por sí mismo».

Contra esto: nadie puede pensar lo contrario de lo que es evidente por sí mismo, tal como consta en el Filósofo, Metafísica libro IV y Primeros Analíticos cuando trata los primeros principios de la demostración. Sin embargo, pensar lo contrario de que Dios existe, sí puede hacerse, según aquello del Sal 52,1: «Dice el necio en su interior: Dios no existe. Por lo tanto, que Dios existe no es evidente por sí mismo».

Respondo: La evidencia de algo puede ser de dos modos. Uno, en sí misma y no para nosotros; otro, en sí misma y para nosotros. Así, una proposición es evidente por sí misma cuando el predicado está incluido en el concepto del sujeto, como el hombre es animal, ya que el predicado animal está incluido en el concepto de hombre. De este modo, si todos conocieran en qué consiste el predicado y en qué el sujeto, la proposición sería evidente para todos. Esto es lo que sucede con los primeros principios de la demostración, pues sus términos como ser-no ser, todo-parte, y otros parecidos, son tan comunes que nadie los ignora.

Por el contrario, si algunos no conocen en qué consiste el predicado y en qué el sujeto, la proposición será evidente en sí misma, pero no lo será para los que desconocen en qué consiste el predicado y en qué el sujeto de la proposición. Así ocurre, como dice Boecio, que hay conceptos del espíritu comunes para todos y evidentes por sí mismos que sólo comprenden los sabios, por ejemplo, lo incorpóreo no ocupa lugar.

Por consiguiente, digo: La proposición Dios existe, en cuanto tal, es evidente por sí misma, ya que en Dios, sujeto y predicado son lo mismo, pues Dios es su mismo ser, como veremos (q.3 a.4). Pero, puesto que no sabemos en qué consiste Dios, para nosotros no es evidente, sino que necesitamos demostrarlo a través de aquello que es más evidente para nosotros y menos por su naturaleza, esto es, por los efectos.

A las objeciones:

1. Conocer de un modo general y no sin confusión que Dios existe, está impreso en nuestra naturaleza en el sentido de que Dios es la felicidad del hombre; puesto que el hombre por naturaleza quiere ser feliz, por naturaleza conoce lo que por naturaleza desea. Pero a esto no se le puede llamar exactamente conocer que Dios existe; como, por ejemplo, saber que alguien viene no es saber que Pedro viene aunque sea Pedro el que viene. De hecho, muchos piensan que el bien perfecto del hombre, que es la bienaventuranza, consiste en la riqueza; otros, lo colocan en el placer; otros, en cualquier otra cosa.

2. Es probable que quien oiga la palabra Dios no entienda que con ella se expresa lo más inmenso que se pueda pensar, pues de hecho algunos creyeron que Dios era cuerpo. No obstante, aun suponiendo que alguien entienda el significado de lo que con la palabra Dios se dice, sin embargo no se sigue que entienda que lo que significa este nombre se dé en la realidad, sino tan sólo en la comprensión del entendimiento. Tampoco se puede deducir que exista en la realidad, a no ser que se presuponga que en la realidad hay algo mayor que lo que puede pensarse. Y esto no es aceptado por los que sostienen que Dios no existe.

3. La verdad en general existe, es evidente por sí mismo; pero que exista la verdad absoluta, esto no es evidente para nosotros.

Artículo 2. La existencia de Dios, ¿es o no es demostrable?

Objeciones por las que parece que Dios no es demostrable:

1. La existencia de Dios es artículo de fe. Pero los contenidos de fe no son demostrables, puesto que la demostración convierte algo en evidente, en cambio la fe trata lo no evidente, como dice el Apóstol en Heb 11,1. Por lo tanto, la existencia de Dios no es demostrable.

2. La base de la demostración está en lo que es. Pero de Dios no podemos saber qué es, sino sólo qué no es, como dice el Damasceno. Por lo tanto, no podemos demostrar la existencia de Dios.

3. Si se demostrase la existencia de Dios, no sería más que a partir de sus efectos. Pero sus efectos no son proporcionales a Él, en cuanto que los efectos son finitos y Él es infinito; y lo finito no es proporcional a lo infinito. Como quiera, pues, que la causa no puede demostrarse a partir de los efectos que no le son proporcionales, parece que la existencia de Dios no puede ser demostrada.

Contra esto: está lo que dice el Apóstol en Rom 1,20: «Lo invisible de Dios se hace comprensible y visible por lo creado». Pero esto no sería posible a no ser que por lo creado pudiera ser demostrada la existencia de Dios, ya que lo primero que hay que saber de una cosa es si existe.

Respondo: Una, por la causa, que es absolutamente previa a cualquier cosa. Se la llama: a causa de. Otra, por el efecto, que es lo primero con lo que nos encontramos; pues el efecto se nos presenta como más evidente que la causa, y por el efecto llegamos a conocimiento la causa. Se la llama: porque. Por cualquier efecto puede ser demostrada su causa (siempre que los efectos de la causa se nos presenten como más evidentes): porque, como quiera que los efectos dependen de la causa, dado el efecto, necesariamente antes se ha dado la causa. De donde se deduce que la existencia de Dios, aun cuando en sí misma no se nos presenta como evidente, en cambio sí es demostrable por los efectos con que nos encontramos.

A las objeciones:

1. La existencia de Dios y otras verdades que de Él pueden ser conocidas por la sola razón natural, tal como dice Rom 1,19, no son artículos de fe, sino preámbulos a tales artículos. Pues la fe presupone el conocer natural, como la gracia presupone la naturaleza, y la perfección lo perfectible. Sin embargo, nada impide que lo que en sí mismo es demostrable y comprensible, sea tenido como creíble por quien no llega a comprender la demostración.

2. Cuando se demuestra la causa por el efecto, es necesario usar el efecto como definición de la causa para probar la existencia de la causa. Esto es así sobre todo por lo que respecta a Dios. Porque para probar que algo existe, es necesario tomar como base lo que significa el nombre, no lo que es; ya que la pregunta qué es presupone otra: si existe. Los nombres dados a Dios se fundamentan en los efectos, como probaremos más adelante (q.13 a.1). De ahí que, demostrado por el efecto la existencia de Dios, podamos tornar como base lo que significa este nombre Dios.

3. Por efectos no proporcionales a la causa no se puede tener un conocimiento exacto de la causa. Sin embargo, por cualquier efecto puede ser demostrado claramente que la causa existe, como se dijo. Así, por efectos divinos puede ser demostrada la existencia de Dios, aun cuando por los efectos no podamos llegar a tener un conocimiento exacto de cómo es Él en sí mismo.

Artículo 3. Si Dios existe

Dificultades. Parece que Dios no existe.

1. Si de dos contrarios suponemos que uno sea infinito, éste anula totalmente su opuesto. Ahora bien, el nombre o término “Dios” significa precisamente, un bien infinito. Si, pues, hubiese Dios, no habría mal alguno. Pero hallamos que en el mundo hay mal. Luego Dios no existe.

2. Lo que pueden realizar pocos principios, no lo hacen muchos. Pues en el supuesto de que Dios no exista, pueden otros principios realizar cuanto vemos en el mundo, pues las cosas naturales se reducen a su principio, que es la naturaleza, y las libres, al suyo, que es el entendimiento y la voluntad humana. Por consiguiente, no hay necesidad de recurrir a que haya Dios.

Por otra parte, en el libro del Éxodo dice Dios de sí mismo: “yo soy el que soy”.

Respuesta. La existencia de Dios se puede demostrar por cinco vías.

La primera y más clara se funda en el movimiento.

Es innegable, y consta por el testimonio de los sentidos, que en el mundo hay cosas que se mueven. Pues bien, todo lo que se mueve es movido por otro, ya que nada se mueve mas que en cuanto esta en potencia respecto a aquello para lo que se mueve. En cambio, mover requiere estar en acto, ya que mover no es otra cosa que hacer pasar algo de la potencia al acto, y esto no puede hacerlo más que lo que está en acto, a la manera como lo caliente en acto, v. gr., el fuego hace que un leño, que está caliente en potencia, pase a estar caliente en acto. Ahora bien, no es posible que una misma cosa esté, a la vez, en acto y en potencia respecto a lo mismo, sino respecto a cosas diversas: lo que, v. gr., es caliente en acto, no puede ser caliente en potencia, sino que en potencia es, a la vez frío. Es, pues, imposible que una cosa sea por lo mismo y de la misma manera motor y móvil, como también lo es que se mueva a sí misma. Por consiguiente, todo lo que se mueve es movido por otro. Pero, si lo que mueve a otro es, a su vez, movido, es necesario que lo mueva un tercero, y a éste otro. Mas no se puede seguir indefinidamente, porque así no habría un primer motor y, por consiguiente, no habría motor alguno, pues los motores intermedios no mueven más que en virtud del movimiento que reciben del primero, lo mismo que un bastón nada mueve si no lo impulsa la mano. Por consiguiente, es necesario llegar a un primer motor que no sea movido por nadie, y éste es el que todos entienden por Dios.

La segunda vía se basa en causalidad eficiente.

Hallamos que en este mundo de lo sensible hay un orden determinado entre las causas eficientes; pero no hallamos que cosa alguna sea su propia causa, pues en tal caso habría de ser anterior a sí misma, y esto es imposible. Ahora bien, tampoco se puede prolongar indefinidamente la serie de las causas eficientes, porque siempre que hay causas eficientes subordinadas, la primera es causa de la intermedia, sea una o muchas, y ésta causa de la última; y puesto que, suprimida una causa, se suprime su efecto, si no existiese una que sea la primera, tampoco existiría la intermedia ni la última. Si, pues, se prolongase indefinidamente la serie de causas eficientes, no habría causa eficiente primera, y, por tanto, ni efecto último ni causa eficiente intermedia, cosa falsa a todas luces. Por consiguiente, es necesario que exista una causa eficiente primera, a la que todos llaman Dios.

La tercera vía considera el ser posible o contingente y el necesario, y puede formularse así.

Hallamos en la naturaleza cosas que pueden existir o no existir, pues vemos seres que se producen y seres que se destruyen, y, por tanto, hay posibilidad de que existan y de que no existan. Ahora bien, es imposible que los seres de tal condición hayan existido siempre, ya que lo que tiene posibilidad de no ser hubo un tiempo en que no fue. Si, pues, todas las cosas tienen la posibilidad de no ser, hubo un tiempo en que ninguna existía. Pero, si esto es verdad, tampoco debiera existir ahora cosa alguna, porque lo que no existe no empieza a existir más que en virtud de lo que ya existe, y, por tanto, si nada existía, fue imposible que empezase a existir cosa alguna, y, en consecuencia, ahora no habría nada, cosa evidentemente falsa. Por consiguiente, no todos los seres son posibles o contingentes, sino que entre ellos forzosamente, ha de haber alguno que sea necesario. Pero el ser necesario o tiene la razón de su necesidad en sí mismo o no la tiene. Si su necesidad depende de otro, como no es posible, según hemos visto al tratar de las causas eficientes, aceptar una serie indefinida de cosas necesarias, es forzoso que exista algo que sea necesario por sí mismo y que no tenga fuera de sí la causa de su necesidad, sino que sea causa de la necesidad de los demás, a lo cual todos llaman Dios.

La cuarta vía considera los grados de perfección que hay en los seres.

Vemos en los seres que unos son más o menos buenos, verdaderos y nobles que otros, y lo mismo sucede con las diversas cualidades. Pero el más y el menos se atribuye a las cosas según su diversa proximidad a lo máximo, y por esto se dice lo más caliente de lo que más se aproxima al máximo calor. Por tanto, ha de existir algo que sea verísimo, nobilísimo y óptimo, y por ello ente o ser supremo; pues, como dice el Filósofo, lo que es verdad máxima es máxima entidad. Ahora bien, lo máximo en cualquier género es causa de todo lo que en aquel género existe, y así el fuego, que tiene el máximo calor, es causa del calor de todo lo caliente, según dice Aristóteles. Existe, por consiguiente, algo que es para todas las cosas causa de su ser, de su bondad y de todas sus perfecciones, y a esto llamamos Dios.

La quinta vía se toma del gobierno del mundo.

Vemos, en efecto, que cosas que carecen de conocimiento, como los cuerpos naturales, obran por un fin, como se comprueba observando que siempre, o casi siempre, obran de la misma manera para conseguir lo que más les conviene; por donde se comprende que no van a su fin obrando al acaso, sino intencionadamente. Ahora bien, lo que carece de conocimiento no tiende a un fin si no lo dirige alguien que entienda y conozca, a la manera como el arquero dirige la flecha. Luego existe un ser inteligente que dirige todas las cosas naturales a su fin, y a éste llamamos Dios.

Soluciones.

1. Dice San Agustín que, “Siendo Dios el bien supremo, de ningún modo permitiría que hubiese en sus obras mal alguno si no fuese tan omnipotente y bueno que del mal sacase bien”. Luego pertenece a la infinita bondad de Dios permitir los males para de ellos obtener los bienes.

2. Como la naturaleza obra para conseguir un fin en virtud de la dirección de algún agente superior, en lo mismo que hace la naturaleza interviene Dios como causa primera. Asimismo, lo que se hace deliberadamente, es preciso reducirlo a una causa superior al entendimiento y voluntad humanos, porque éstos son mudables y contingentes, y lo mudable y contingente tiene su razón de ser en lo que de suyo es inmóvil y necesario, según hemos dicho.

Edición del P. Ismael Quiles, Espasa-Calpe, Madrid, 1957.

 

Fragmentos del texto

 

Los siguientes fragmentos del texto deben ser impresos, analizados a mano siguiendo estas instrucciones, calificados primero por su autor/a y luego por un compañero/a siguiendo la rúbrica aportada y, finalmente, entregados al profesor para su revisión.

 

Suma teológica 1               Suma teológica 2

 

Otros recursos

Test sobre el autor


Test sobre el texto


Modelos de redacción

 

Print Friendly, PDF & Email