Textos de Anaximandro de Mileto

   Si Tales mereció el título de primer filósofo griego debido principalmente a su abandono de formulaciones míticas, Anaximandro es el primero de quien tenemos testimonios concretos de que hizo un intento comprensivo y detallado por explicar todos los aspectos del mundo de la experiencia humana. Fue más joven que Tales, aunque no mucho, probablemente.

Anaximandro, hijo de Praxiades de Mileto, afirmaba que el principio y el elemento es lo indefinido, sin distinguir el aire, el agua o cualquier otra cosa… fue también el primero en inventar un gnomon y lo colocó sobre los relojes de Sol (?) en Lacedemonia, según dice Favorino en su Historia varia, para marcar los solsticios y equinoccios, y construyó un indicador de horas. Fue el primero en trazar el perímetro de la tierra y del mar y construyó también una esfera (celeste). Hizo una exposición compendiada de sus opiniones, que encontró, tal vez por casualidad, también el ateniense Apolodoro. Éste afirma en sus Crónicas que Anaximandro tenía sesenta y cuatro años de edad en el año segundo de la Olimpíada cincuenta y ocho (547/6 a. C.) y que murió poco después (su acmé coincidió aproximadamente con la época de Polícrates, tirano de Samos). (Diógenes Laercio, ii 1-2)

 

Anaximandro, hijo de Praxiades de Mileto, filósofo conciudadano, discípulo y sucesor de Tales. Fue el primero en descubrir el equinoccio, los solsticios, un indicador de horas y que la tierra está situada en el centro. Introdujo el gnomon y, en general, dio a conocer un esbozo de geometría. Escribió Sobre la naturaleza, Circuito de la tierra, Sobre las estrellas fijas, una Esfera celeste y algunas otras obras. (Suda s. ν.)

 

Anaximandro el Milesio, discípulo de Tales, fue el primero que se atrevió a dibujar la tierra habitada sobre una tablilla; después de él, Hecateo de Mileto, viajero incansable, perfeccionó la carta, hasta el punto de que llegó a ser motivo de admiración. (Agatémero, i 1)

 

…Eratóstenes dice que los primeros en seguir a Homero fueron dos, Anaximandro, amigo y conciudadano de Tales, y Hecateo de Mileto. Aquél fue el primero que editó una carta geográfica, mientras que Hecateo dejó un diseño cuya autenticidad conocemos por el resto de sus escritos. (Estrabón, i, pág. 7 Casaubon)

 

De entre los que dicen que es uno, moviente e infinito, Anaximandro, hijo de Praxiades, un milesio, sucesor y discípulo de Tales, dijo que el principio y elemento de las cosas existentes era el ápeiron [indefinido o infinito], habiendo sido el primero en introducir este nombre de principio material. Dice que éste no es ni el agua ni ninguno de los llamados elementos, sino alguna otra naturaleza ápeiron de la que nacen los cielos todos y los mundos dentro de ellos. De ellos les viene el nacimiento a las cosas existentes y en ellos se convierten, al perecer, «según la necesidad»; «pues se pagan mutuamente pena y retribución por su injusticia según la disposición del tiempo», describiéndolo así en términos bastante poéticos. (Simplicio, Fis, 24)

 

Pero los otros dicen que de lo Uno se separan los opuestos, presentes en ello, como afirma Anaximandro y cuantos dicen que existe lo uno y lo múltiple, como Empédocles y Anaxágoras; pues también éstos separan las demás cosas de la mezcla, (Aristóteles, Fís. A 4, 187 a 20)

 

Es evidente que éste (Anaximandro), tras observar el cambio de los cuatro elementos entre sí, no estimó justo hacer de ninguno de ellos el sustrato, sino de algo fuera de ellos; no deriva la generación de la alteración del elemento, sino de la separación de los opuestos a través del movimiento eterno. (Simplicio, in Phys. 24, 21)

 

Afirma que lo que es productivo de lo caliente y lo frío desde lo eterno se separó al nacimiento de este mundo y que de ello nació una esfera de llama en torno al aire que circunda la tierra como la corteza en torno al árbol. Cuando ésta (la esfera) se rompió en trozos y se cerró en ciertos círculos, se formaron el sol, la luna y las estrellas. (Ps.-Plutarco, Strom. 2)

 

Dice que la tierra tiene forma cilíndrica y que su espesor (altura) es un tercio de su anchura. — Su forma (de la tierra) es curva, redonda, semejante a un fuste de columna; nosotros caminamos sobre una de sus superficies planas; la otra está en el lado opuesto.

Hay algunos, como Anaximandro entre los antiguos, que dicen que la tierra está en reposo a causa de su equilibrio. Pues es propio de lo que está asentado en el centro no inclinarse en absoluto más hacia arriba, o hacia abajo o hacia los lados; es imposible que se mueva a la vez en direcciones opuestas, de modo que está en reposo por necesidad. (Aristóteles, de caelo Β 13, 295 b 10)

 

La tierra está en lo alto y nada la sostiene; se mantiene en reposo por su equidistancia de todas las cosas. (Hipólito, Ref. I, 6, 3)

 

Los cuerpos celestes nacen como un círculo de fuego separado del fuego del mundo y rodeado por aire. Hay espiraciones, ciertos pasos en forma de tubo, por los que se muestran los cuerpos celestes; por eso, cuando se cierran los orificios de espiración tienen lugar los eclipses. La luna aparece unas veces creciente y otras menguante, según el cierre o abertura de los pasos. El círculo del sol es 27 veces mayor que el de la tierra y 18 veces el de la luna; el sol está más arriba y los círculos de las estrellas fijas más abajo. (Hipólito, Ref. i 6, 4-5)

 

Anaximandro dice que el sol es un círculo 28 veces mayor que la tierra, semejante a una rueda de carro que tuviera sus radios huecos y estuviera llena de fuego y que lo mostrara, por alguna parte, a través de una abertura como a través de la boquilla de un fuelle. (Aecio, ii 20, 1)

 

Anaximandro dice que el sol es igual a la tierra, pero que el círculo de donde tiene su orificio de espiración y por el que es llevado en derredor es 27 veces mayor que la tierra. (Aecio, ii 21, 1)

 

Anaximandro dice que los cuerpos celestes son llevados por los círculos y las esferas sobre los que cada uno camina. (Aecio, ii 16, 5)

 

(Sobre los truenos, relámpagos, rayos, huracanes y tifones.) Anaximandro dice que todos estos fenómenos acontecen a causa del viento; pues, cuando, constreñido en una densa nube, se abre paso por la fuerza a causa de su delgadez y ligereza, entonces la ruptura produce el ruido y su choque contra la negrura de la nube origina el relámpago. (Aecio, iii 3, 1-2)

 

Pues en un principio era húmeda toda la región en torno a la tierra, mas, al ser secada por el sol, la parte vaporosa origina los vientos y las revoluciones del sol y de la luna, mientras que el resto es mar; creen, en consecuencia, que el mar está disminuyendo por estarse secando y que terminará por secarse del todo …de esta opinión fueron, según cuenta Teofrasto, Anaximandro y Diógenes. (Aristóteles, Meteor. Bl, 353 b 6)

 

Anaximandro dijo que los primeros seres vivientes nacieron en lo húmedo, envueltos en cortezas espinosas (escamas), que, al crecer, se fueron trasladando a partes más secas y que, cuando se rompió la corteza (escama) circundante, vivieron, durante un corto tiempo, una vida distinta. (Aecio, ν 19, 4)

 

Dice además que el hombre, en un principio, nació de criaturas de especie distinta, porque los demás seres vivos se ganan la vida en seguida por si mismos y que sólo el hombre necesita de una larga crianza; por esta razón, de haber tenido su forma original desde un principio, no habría subsistido. (Ps.Plutarco, Strom. 2)

 

El milesio Anaximandro creyó que del calentamiento del agua y de la tierra nacieron peces o animales muy semejantes a ellos; en su interior se formaron hombres en forma de embrión, retenidos dentro hasta la pubertad; una vez que se rompieron dichos embriones, salieron a la luz varones y mujeres, capaces de alimentarse. (Censorino, De die nat. 4, 7)

 

Los animales nacen de lo húmedo evaporado por el sol. El hombre fue, en un principio, semejante a otro animal, a saber, el pez. (Hipólito, Ref. ι 6, 6)

   El primer intento conocido por explicar, de un modo racional, el origen del hombre fue el de Anaximandro. Además, los principios generales del desarrollo del nacimiento son semejantes: la humedad está contenida en un tegumento y el calor, de alguna manera, causa una expansión o explosión de la cascara y la liberación de una forma completa en su interior. No todos los sucesores de Anaximandro se ocuparon de la historia del hombre (se interesaron más por su actual condición) y ninguno le aventajó en la meditada ingeniosidad de sus teorías. A pesar de que nuestras fuentes son muy incompletas, nos muestran que su explicación de la naturaleza, no obstante ser una de las más antiguas, fue una de las más amplias en su alcance y la más imaginativa de todas.

 

Bibliografía recomendada:

Diógenes Laercio. (2020). Vidas de los filósofos más ilustres. Página:Diogenes Laercio Tomo I.djvu/34. (2020, marzo 15).

Eggers, L. C. (1981). Los filósofos presocráticos 1. Madrid: Gredos.

Kirk, G. S., Raven, J. E., Schofield, M., & García, F. J. (2014). Los filósofos presocráticos: Historia critica con selección de textos. Tomo I. Madrid: Gredos.