Cómo resolver un dilema moral

 

Modelo de resolución de un dilema moral
Tras leer atentamente el dilema, responde, a continuación, las siguientes preguntas:
1. ¿Qué otras opciones tienes para resolver la situación? Enumera al menos dos opciones más que se te ocurran.
2. Aunque entre las opciones que hayas indicado haya una por la que te inclines con más fuerza, seguramente en ese momento tendrías dudas entra dos opciones fundamentales. Entre esas dos opciones, ¿qué razones tendrías para hacer una u otra cosa?
3. ¿Por qué crees que tendrías dudas? ¿Cuáles son los valores que se pueden dar para cada una de estas dos opciones?
4. Una vez que has examinado las razones para hacer una cosa u otra, ¿qué harías tú si te encontraras en la misma situación? Elabora una redacción en la que digas lo que harías y por qué lo harías, refutando además algunas de las razones en contra de la decisión que has tomado.

 

Recomendaciones para resolver un dilema moral
  1. Dedica un tiempo prudencial a leer atentamente el dilema y anotar las ideas que te surjan y consideres relevantes.
  2. Las tres primeras preguntas (opciones, exposición de las razones a favor de cada una de las posiciones y análisis del problema) puedes contestarlas de manera esquemática, enumerando, con una breve redacción, los argumentos que pueden justificar cada una de las opciones. Bastaría con enumerar dos opciones además de las dos básicas del dilema en la primera pregunta. Luego tienes que escribir al menos cuatro argumentos a favor de cada opción. Por último, en entre cuatro a siete líneas, señalar con claridad los valores y principios que están en juego en las dos opciones del dilema.
  3. La última pregunta, la solución, debe recoger lo expuesto anteriormente y ocupar, al menos, una página y, como máximo, tres.
  4. En total, el ejercicio debe ocupar al menos dos páginas y no más de cuatro.

 

Elementos de la resolución de un dilema moral
  1. Enumerar opciones alternativas.
    • Todo dilema moral obliga a elegir una opción de entre las dos que se abren. Pero a veces es posible evitar el dilema buscando soluciones alternativas. Esta búsqueda de alternativas favorece la capacidad de encontrar otras soluciones y evitar el dilema.
  2. Argumentar en favor de cada opción.
    • Para tomar una decisión tenemos que buscar los argumentos que están a favor de cada una de las dos opciones que se nos presentan. No sirve cualquier argumento, sino sólo aquellos que pueden justificar moralmente lo que hacemos. Si alguien nos pregunta por qué hemos pegado a un compañero en clase, podemos responder que ha sido porque le odiamos; es sin duda una explicación, pero es muy difícil que alguien considere que nuestra acción está justificada con esa explicación. Explicar por qué hacemos las cosas no es lo mismo que justificarlas.
    • En el caso del dilema, el problema consiste en que hay argumentos a favor de cada una de las opciones. Para poder tomar una decisión bien justificada es muy importante que tengamos en cuenta los diversos argumentos, y no solo los que hay a favor de la opción que, en principio, nos parece buena, sino también los que hay a favor de la otra opción.
    • Los argumentos que se suelen emplear en la argumentación moral son, en general, de dos tipos: consecuencias y principios o valores.
    • Entendemos por consecuencias los resultados que generan nuestras decisiones, ya sean estos perniciosos o favorables. Actuamos para conseguir algo, y lo que obtenemos es una consecuencia de nuestra acción. Además, al actuar incidimos en nosotros mismos y en los que nos rodean, de tal modo que además de la consecuencia directa e inmediata hay otras más indirectas, pero que también importan. Y, con frecuencia, al mismo tiempo hay consecuencias positivas y negativas para uno mismo y para los demás, por lo que pueden entrar en conflicto y por eso tenemos un dilema.
    • Los principios son los supuestos, creencias o normas fundamentales que guían nuestro comportamiento. Por otra parte, los valores nos indican lo que apreciamos en esta vida y consideramos fundamental para lograr una vida que merezca la pena.
    • En este ejercicio te pedimos que enumeres el mayor número de argumentos posibles a favor de cada una de las opciones.
  3. Análisis del problema.
    • Al actuar tenemos en cuenta los valores morales, es decir, nos preocupa saber si lo que hacemos está bien o está mal. Cuando hacemos lo que está bien nos sentimos satisfechos; cuando hacemos lo que está mal nos sentimos culpables y avergonzados. Considerados desde otro punto de vista, los valores morales nos imponen una conducta a través de nuestra conciencia moral. Esta nos dice lo que es bueno y debemos hacer, así como lo que es malo y no debemos hacer.
    • Además, cuando actuamos, vamos buscando conseguir algo que consideramos bueno, que es importante y valioso para nosotros y de lo cual depende nuestra felicidad.
    • Los dilemas morales se caracterizan porque son situaciones en las que estamos obligados a tomar una decisión, pero nos damos cuenta de que existen varios principios morales en juego y también varios bienes o cosas valiosas y que no es posible atenderlos todos. Si hacemos una cosa, actuamos de acuerdo con un valor moral y conseguimos algo, pero al mismo tiempo incumplimos otro valor moral y perdemos otra cosa. No hay forma de satisfacer los dos valores o principios en juego y nos vemos obligados a elegir. El primer paso para hacer frente a un dilema consiste, por tanto, en darse cuenta de los valores y principios morales que están en conflicto. Para ello, debemos tener en cuenta, en primer lugar, lo que nos dice nuestra propia conciencia. Además debemos ser conscientes de los valores que están vigentes en la sociedad en la que vivimos, valores que algunas veces son muy explícitos y están bien definidos, como ocurre en códigos morales del tipo de los Diez Mandamientos o de los Derechos Humanos. Es además, importante, tener en cuenta la importancia que tienen para nosotros y el orden jerárquico en el los situamos. También debemos saber la clase de persona que queremos ser y la clase de mundo en la que queremos vivir.
  4. Solución.
    • Al final hay que explicar lo que uno mismo haría en el caso de encontrarse en una situación semejante. Para ello hay que hacer una redacción en la que dejemos claro qué es lo que pensamos que se debe hacer y cuáles son las razones que justifican nuestra decisión. Es decir, se trata de exponer la decisión que hemos tomado, basándonos en los argumentos expuestos en la pregunta anterior, procurando además refutar los argumentos que están en contra de lo que nosotros pensamos que es la conducta moralmente buena. Es muy importante no tratar de resolver el dilema proponiendo una solución intermedia con la que se intenten satisfacer los valores que están conflicto. En ese caso estaríamos evitando el dilema y no dando nuestra solución. Por tanto, la decisión que ofrezcamos en este apartado tiene que ser una de las dos que plantea el dilema.

 

Criterios de calificación
  • Primera pregunta o presentación del dilema (1 punto)
    • Enumera varias opciones.
    • Da variedad de opciones: no se limita a las dos opciones del dilema.
    • Son opciones relevantes y pertinentes.

 

  • Segunda pregunta o argumentación (3 puntos)
    • Emplea argumentos suficientes (al menos tres para cada posible solución).
    • Los argumentos son pertinentes y relevantes.

 

  • Tercera pregunta o análisis del dilema (1 punto)
    • Señala los dos valores más importantes en conflicto.
    • Señala otros valores secundarios.
    • Hace una clara jerarquía de los valores.

 

  • Cuarta pregunta o solución del dilema (5 puntos)
    • Claridad (1 punto)
      • Introducción y conclusión: es importante que la solución esté bien construida una introducción y una conclusión claras que permitan ver la opción que ha elegido el alumno.
      • Continuidad: debe haber una continuidad y progresión entre los diferentes párrafos.
    • Ideas personales (1 punto)
      • El comentario debe reflejar un punto de vista personal del alumno.
      • Debe evitar recurrir exclusivamente a lo ya sabido sobre el tema planteado, o a lo dicho en clase sin una elaboración personal.
    • Razonamiento (3 puntos)
      • Pertinencia o relevancia: en la exposición debe quedar claro que el alumno es consciente de que no todos los argumentos tienen el mismo peso y cuáles son los fundamentales.
      • Argumentación.
        • Tienen que quedar claras las razones que el alumno aporta para justificar su opinión.
        • Tienen que ser variadas y suficientes, incluyendo algún contraargumento.
      • Refutación: debe incluir la refutación de alguno de los argumentos en contra de su decisión.