Textos de Tales de Mileto

   Según la tradición, Tales, el primer físico griego o investigador de la naturaleza de las cosas como un todo, predijo el eclipse que tuvo lugar en 585 a. C. Es de suponer, en consecuencia, que no desarrollara su actividad mucho antes del comienzo del siglo VI.

Cuando Creso llegó al río Halis, hizo pasar a su ejército, según mi versión, por los puentes existentes, mas, según la versión común de los griegos, se lo pasó Tales el milesio. Pues se dice que, no sabiendo Creso cómo iba a pasar el río su ejército (no existían por entonces estos puentes), Tales, presente en el ejército, hizo que el río, que corría a la izquierda del ejército, fluyera también hacia la derecha; y lo hizo de la siguiente manera: hizo cavar, comenzando más arriba de donde estaba el ejército, una zanja profunda de forma creciente, de modo que el río fluyera por detrás de donde estaba acampado el ejército, desviándolo así de su antiguo curso por la zanja, y que, una vez pasado el campamento, refluyera a su antiguo cauce. El resultado fue que, tan pronto como el río quedo dividido, se hizo vadeable por ambas partes. (Heródoto)

 

Tales… tras dedicarse a la filosofía en Egipto, vino a Mileto, cuando era más viejo.

Tales, tras haber ido primeramente a Egipto, transplantó a Grecia esta especulación (la geometría)…

Tales cree que los vientos etesios, al soplar de cara contra Egipto, elevan la masa de agua del Nilo y la hinchazón del mar que viene contra él impide su desagüe. (Heródoto)

 

Como, oh Teodoro, se dice que una aguda y graciosa esclava tracia se burló de Tales, porque, mientras observaba las estrellas y miraba hacia arriba se cayó en un pozo; ávido por observar las cosas del cielo, le pasaban desapercibidas las que estaban detrás de él y delante de sus pies. (Platón, Téeteto 174 A)

 

Pues dice que, cuando, por su pobreza, le reprochaban que la filosofía era inútil, tras haber observado por el estudio de los astros que iba a haber una gran producción de olivas, se procuró un pequeño capital, cuando aún era invierno, y que depositó fianzas por todas las presas de aceite de Mileto y Quíos, alquilándolas a bajo precio porque nadie licitó contra él. Cuando llegó el momento oportuno, al ser muchos los que a la vez y de repente las pedían, las iba alquilando al precio que quería y reunió mucho dinero, demostrando así que es fácil a los filósofos enriquecerse, si quieren, pero que no son las riquezas lo que les interesan. (Aristóteles, Política A 11, 1259 a 9)

 

En el año sexto de la guerra que ellos (medos y lidios) venían haciéndose entre si con igual fortuna, sucedió que, cuando la batalla estaba trabada, el día se convirtió de repente en noche. Tales el milesio había predicho a los jonios que iba a tener lugar esta alteración del día, fijándolo en el año en que precisamente ocurrió (el cambio). (Heródoto)

 

…pues la victoria fue de Tales, de quien, además de ser experto en su dictamen, se decía que había medido también las pequeñas estrellas del Carro, por las que se guían los fenicios en su navegación. (Calimaco, Yambo i 52, fr. 191)

 

Jerónimo afirma que (Tales) midió también las pirámides por su sombra, tras haber observado el momento en que nuestra sombra es igual a nuestra altura. (Diógenes Laercio, i 27)

 

Otros dicen que la tierra descansa sobre el agua. Ésta es la versión más antigua que se nos ha transmitido, dada, según dicen, por Tales de Mileto, a saber, la de que ésta (la tierra) se mantiene en reposo porque flota, como si fuera un madero o algo semejante (pues ninguna de estas cosas se mantiene en el aire en virtud de su propia naturaleza, pero sí en el agua) —como si no se aplicara el mismo argumento al agua que soporta la tierra que a la tierra misma. (Aristóteles, De caelo Β 13, 294)

 

La mayoría de los primeros filósofos creyeron tan sólo principios a aquellos que se dan bajo la forma de la materia; pues afirman que el elemento y principio primero de todas las cosas es aquel a partir del cual todas las cosas existen y llegan por primera vez al ser y en el que terminan por convertirse en su corrupción, subsistiendo la sustancia pero cambiando en sus accidentes; porque tal naturaleza se conserva siempre…, pues es necesario que haya alguna sustancia natural, una o múltiple, de la que nazcan las demás, mientras ésta se conserva. Respecto al número y la forma de tal principio no todos están de acuerdo, sino que Tales, el iniciador de tal tipo de filosofía, dice que es el agua (por lo que manifestó que también la tierra está sobre el agua), tomando, tal vez, dicha suposición de la observación de que el alimento de todas las cosas es húmedo y que el calor mismo surge de éste y vive por éste (el principio de todas las cosas es aquello de donde nacen); de aquí dedujo su suposición y del hecho de que la semilla de todas las cosas tiene una naturaleza húmeda; y el agua es el principio natural de las cosas húmedas. (Aristóteles, Met. A 3, 983 b 6)

 

Parece que también Tales, a juzgar por lo que cuentan, supuso que el alma era algo cinético, si es que afirmó que la piedra (magnética) posee alma porque mueve el hierro. (Aristóteles, De an. A 2, 405 a 19)

 

y algunos afirman que (el alma) está mezclada en el todo (universo), por lo que tal vez Tales creyó también que todas las cosas están llenas de dioses. (Aristóteles, De an. A 5, 411 a 7)

   A Tales se le conoció principalmente por su actividad de astrónomo y geómetra práctico y como sabio en general. Su predicción del eclipse fue probablemente posible por su empleo de los registros babilonios, obtenidos acaso en Sardes, y es probable que también visitara Egipto. Su teoría de que la tierra flota sobre el agua parece que se derivó, acaso directamente, de los mitos cosmogónicos del Oriente próximo; la idea del agua como origen de las cosas formaba también parte de dichos mitos y aparece mencionada en un texto griego muy anterior a Tales. Es en sí posible que su desarrollo de este concepto le pareciera a Aristóteles garantía suficiente para afirmar que sostuvo que el agua era la arjé, en el sentido peripatético de un sustrato persistente, si bien es también posible que se diera cuenta de que, puesto que el agua es esencial para el mantenimiento de la vida vegetal y animal —ignoramos qué clase de argumentos meteorológicos empleó—, sigue ésta siendo el constitutivo básico de las cosas. Aunque estas ideas estaban muy influenciadas, directa o indirectamente, por sus precedentes mitológicos, es evidente que Tales abandonó la formulación mítica; este hecho solo justifica su título de primer filósofo, por muy ingenuo que aún fuera su pensamiento. Advirtió además que ciertas piedras incluso podían tener un poder de movimiento limitado y pensó, en consecuencia, en un alma dadora de vida; el mundo como un todo estaba, por tanto, penetrado de algún modo de una fuerza vital que, a causa de su alcance y persistencia, podía ser llamado (naturalmente) divino. No se nos informa sobre si asoció o no esta fuerza vital al agua, origen y, acaso, constitutivo esencial del mundo.

 

Bibliografía recomendada:

Diógenes Laercio. (2020). Vidas de los filósofos más ilustres. Página:Diogenes Laercio Tomo I.djvu/34. (2020, marzo 15).

Eggers, L. C. (1981). Los filósofos presocráticos 1. Madrid: Gredos.

Kirk, G. S., Raven, J. E., Schofield, M., & García, F. J. (2014). Los filósofos presocráticos: Historia critica con selección de textos. Tomo I. Madrid: Gredos.

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